miércoles, 18 de agosto de 2010

En las antípodas de noviembre.

El verano llegó y con el la alegría. Una emoción distinta y nueva, algo que no sabía bien como sería al llegar. Como sería yo después. Y mirá, soy el mismo pero como otro, uno de por ahí pero como yo. Ja! parece que me preparé para no estar preparado para ser el amigo de nadie, el guardián del vacío. Mirá. La carne en la parrilla.


Un dibujito y mil fotocopias en un sobre con el emblema que nos cuida, y nos deja solos también. Aunque quizás nos dejamos solos nosotros, en medio de todo el mundo sin saber como ser nosotros como somos. Y se pulió, sí mientras nos mirábamos las tripas enroscar nuestro aliento y ya. No pasó, y va a estar mientras estemos.


Miraba el mar y sacaba fotos, también creí que era lo mejor imaginar lo que yo quería, una burbuja inmune al pasar mundano, una fragancia poderosa que no puedan disfrutar los demás. Estoy ahí olfatenado distinto pero estoy, quizás hasta siendo más yo que antes, pudiendo obviarme a mi mismo a la vez.


El piano, a el piano no, no lo escuché caer. ¿De qué piso vino?


A, ¿desde arriba del todo vino?, que hijos..de p.. siempre igual conmigo.


Igual cuando brindo, digo "salú". Por nosotros viste.

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