lunes, 6 de septiembre de 2010

Impecable maravilla.

Al despertar me di cuenta que las uñas de mis pies habían crecido, entonces comencé a considerar que había dormido demasiado talvez.

Sin detenerme en ese razonamiento miré através de la ventana acción que provocó mi salida al balcón; aire, plantas y ventanas (ya estaba oscuro) llenas de vecinos y vecinas. La mayoría solos pero con TV LCD y también con Internet "guaifai". ¡¡¡¡¡PUF!!!!!, todo este pensamiento con intención de ser profundo pegó a tierra, tal como el ritmo de la música que sonaba entonces en mi equipo de audio, al notar que a treinta o treinta y cinco metros a mi izquierda una silueta femenina recién bañada le preguntaba a su espejo mirándolo de arriba a abajo, si después que el atuendo que tardaría varios minutos en elegir ya no rozara más su piel y formase parte de la decoración del piso, ella estaría a la altura de la circunstancia como objeto de deseo, algo que al día o a los quince después quizás, pase a segundo plano para exigir que se la considere como mucho más que una linda figurita.

Moví mi cabeza asintiendo mientras entraba a buscar otro porrón de rubia sabiendo que aquel momento me motivaría a escribir unos renglones.

¿Cuántas ventanas cómo esa había ese día por ahí, en otros balcones?

Ya que estoy voy a buscar el alicate también.

miércoles, 18 de agosto de 2010

En las antípodas de noviembre.

El verano llegó y con el la alegría. Una emoción distinta y nueva, algo que no sabía bien como sería al llegar. Como sería yo después. Y mirá, soy el mismo pero como otro, uno de por ahí pero como yo. Ja! parece que me preparé para no estar preparado para ser el amigo de nadie, el guardián del vacío. Mirá. La carne en la parrilla.


Un dibujito y mil fotocopias en un sobre con el emblema que nos cuida, y nos deja solos también. Aunque quizás nos dejamos solos nosotros, en medio de todo el mundo sin saber como ser nosotros como somos. Y se pulió, sí mientras nos mirábamos las tripas enroscar nuestro aliento y ya. No pasó, y va a estar mientras estemos.


Miraba el mar y sacaba fotos, también creí que era lo mejor imaginar lo que yo quería, una burbuja inmune al pasar mundano, una fragancia poderosa que no puedan disfrutar los demás. Estoy ahí olfatenado distinto pero estoy, quizás hasta siendo más yo que antes, pudiendo obviarme a mi mismo a la vez.


El piano, a el piano no, no lo escuché caer. ¿De qué piso vino?


A, ¿desde arriba del todo vino?, que hijos..de p.. siempre igual conmigo.


Igual cuando brindo, digo "salú". Por nosotros viste.